Desde este ámbito se impulsa el discernimiento y explicación de las relaciones sociales y culturales presentes en el entorno del que forman parte. De ahí que la formación busca favorecer la comprensión histórica de los cambios y permanencias que han vivido las sociedades en el mundo a través del tiempo el espacio, así como la creación de principios éticos que garanticen la convivencia entre personas y pueblos, basados en la dignidad humana, derechos humanos, igualdad sustantiva, cultura de paz, valores y principios democráticos. Esta ámbito contribuye a que las maestras y los maestros promuevan los conocimientos y herramientas básicas para que las y los estudiantes ejerzan sus derechos, y fortalezcan su formación como ciudadanas y ciudadanos con identidad propia, autonomía, participativas/os, conscientes, responsables, capaces de oponerse a todo tipo de violencia, discriminación y exclusión, así como tomar libremente decisiones que favorezcan el desarrollo personal y colectivo, el cuidado y fomento del bienestar social, mediante la creación de espacios de convivencia democráticos en los que se fomente la solución no violenta de conflictos a través del diálogo, para construir una sociedad justa donde todas las personas se expresen, en un marco de respeto, sus costumbres, lengua, concepción del mundo, estilos de vida, fortaleciendo así el sentido de pertenencia a la comunidad y a su vez, que le permita reconocer y valorar las diferencias. También, considera el desarrollo de capacidades orientadas al cuidado y la preservación del medio ambiente y el patrimonio natural, cultural y biocultural.
